El 3D, o la sensación de ver imágenes tridimensionales para ser más exactos, ha sido durante más años de lo que parece uno de los trucos, o features según a quien le preguntes, que han utilizado los fabricantes de smartphones para convencernos de comprar sus teléfonos móviles. Quizá buena culpa de ella lo tuvo Avatar, película que tras arrasar en taquilla animo al sector tecnológico a fabricar pantallas para simular ese efecto que tanto éxito había cosechado en taquilla. Craso error.
Parece que fue ayer cuando LG anunció el Optimus 3D: un teléfono con pantalla estereoscópica que producía sensación de profundidad sin necesidad de gafas. Lo cierto es que ya ha llovido un poco, debutó en 2011, pero aunque tres años parezcan poco, fue hace doce cuando se empezó a apostar por introducir esta tecnología en los dispositivos móviles. Al principio parecía una buena idea, ahora ya no tanto aunque algunos siguen apostando por ella.
De la barrera de paralaje a la perspectiva con cuatro cámaras
Antes de empezar os voy a lanzar una pregunta de Trivial que seguro muchos sabréis responder correctamente. ¿Qué fabricante japonés era el responsable de la pantalla de la Nintendo 3DS? Correcto, fue Sharp. Se hicieron famosos en su día por crear un panel que creaba la sensación tridimensional a través de una barrera de paralaje que servía dos imágenes 2D a cada ojo para que nuestro cerebro creara la profundidad 3D necesaria.
Ese fue su momento más mediático pero lo que muchos no saben es que esta compañía del sol naciente llevaba ya unos cuantos trabajando en esta tecnología y no fue hasta el lanzamiento de la portátil de Nintendo cuando se empezó a dar a conocer. ¿Por qué? Muy sencillo: fue un teléfono que no salió del mercado japonés y a día de hoy se le considera una auténtica rareza.
Si miramos sus fotos, lo tenéis justo a vuestra izquierda, seguro que el aspecto del Sharp Mova SH251iS no os llama la atención. Un móvil de concha de finales del 2002 con pantalla a color… Nada espectacular a simple vista. Sin embargo, fue el primer teléfono de la historia en introducir una pantalla con la tecnología de barrera de paralaje. El problema, como os decía, es que no salió de las fronteras de Japón. Un año más tarde más tarde hubo una actualización de la familia Mova pero en ese momento el 3D quedó en punto muerto.
No fue hasta 2007 con Samsung y su SCH B710, exclusivo para el mercado de Corea del Sur, cuando volvimos a ver un teléfono con pantalla 3D sin necesidad de gafas. Este modelo además incluía una cámara tridimensional que nos permitía tomar fotos aprovechando los dos dos sensores y luego verlas creando un efecto de profundidad algo artificial pero bastante resultón.
Pasan los años y es Asia quien sigue liderando la innovación en todo lo referente a la tecnología 3D en dispositivos móviles: Hitachi Woo Ketai, Motorola Ming, Sharp Lynx y Galapagos… No fue hasta mediados de 2011 cuando HTC con el EVO 3D y LG con el Optimus 3D dieran un paso al frente y decidieran hacer de este fenómeno algo global. Ambos incluían cámara tridimensional y salida de vídeo para ver el contenido en pantallas compatibles.
Quizá alguien en Taiwán o Corea del Sur pensó que ambos terminales iban a ser bombazos en ventas, nunca lo sabremos, pero la realidad demostró que el interés por esta tecnología en los smartphones era escaso. Algo comprensible si tenemos en cuenta los problemas que tiene esta tecnología: poco precisa, cansa la vista, consume más batería… De hecho incluso Nintendo tuvo que recular sacando una versión 2D de su portátil.
Fue un fracaso y LG justo antes de llegar a un punto de inflexión nos llegó un aburrido y discreto LG Optimus 3D Max que nos dejó bastante fríos a pesar de su potente nombre. Por fortuna los coreanos supieron recuperarse y a día de hoy tienen terminales punteros como el LG G3, les duró poco la caraja tridimensional.
Amazon: 3D sí, pero con una serie de matices
Los rumores no iban desencaminados, finalmente Amazon presentó un teléfono que, efectivamente, hacía gala de un puñado de cámaras frontales que sirven para detectar la posición de nuestra cara y ofrecernos imágenes 3D en perspectiva, sin barrera de paralaje. Lo que no sabíamos es que el Fire Phone iba a ser una especie de carrito de la compra de bolsillo, pero esa es otra historia.
El cambio de dirección a la hora de entender el 3D en los móviles es comprensible: tras el batacazo de los terminales anteriores no tenía sentido seguir ofreciendo lo mismo. Jeff Bezos explicaba en la presentación de ayer cómo cogieron el arte como referencia a la hora de hablar de perspectivas y profundidad.
No hemos tenido oportunidad de probarlo todavía pero el funcionamiento por lo que hemos visto es muy sencillo: las cámaras detectan nuestra posición y en función del ángulo la imagen varía para ajustarse y dar una sensación de profundidad similar a la que tendríamos si tuviéramos el objeto delante. Durante la presentación vimos algunos ejemplos de su utilización: imágenes, edificios virtuales sobre la aplicación de mapas…
El 3D, a día de hoy, sigue sin ser relevante ni diferencial
Merriam Webster define la palabra gimmick como «un truco o dispositivo utilizado para atraer la atención.». Personalmente me resulta difícil encontrar una palabra en español que sirva para definir este concepto, quizá truco en sí se acerca. Ayer para Amazon, presentar la tecnología de perspectiva dinámica en su nuevo smartphone fue su gimmick.
Lejos de que este comentario suene a una crítica feroz hacia Amazon, me gustaría aplaudir el valor de Bezos y compañía por querer hacer algo diferente a lo que había hasta ahora en el mercado. Es diferente, que no diferencial, ya que realmente la tecnología apunta a que sólo será un truco para llamar la atención pero que en el día a día acabará abandonado.
Tiene cosas interesantes, como por ejemplo un sistema de lectura y seguimiento de ojos bastante más preciso que el que tiene sus competidores. También es cierto que habrá que probarlo, los que vinieron antes que Amazon nos prometieron maravillas y a día de hoy sigue siendo una función que deja bastante que desear.
Sin embargo a la larga, pensemos en cómo utilizamos nuestro móvil a diario, este tipo de efectos acabarán siendo un adorno que sirva para enseñar a nuestros amigos y familiares. Lo tridimensional sigue sin ser relevante y aunque se ha demostrado en numerosas ocasiones que es posible hacerlo, no es algo rompedor que acabe decidiendo la compra de un terminal.