«Impresión 4D, los materiales que construyen cosas por sí mismos» vía @elfuturoesone 

Skylar Tibbits Fundador y director Self-Assembly Lab, MIT

Fuente: La Vanguardia

Cuando la mayoría todavía no ha conseguido acostumbrarse a que dentro de muy poco su ropa, su comida e incluso sus órganos serán impresos en 3D con un diseño que podrá bajarse de internet (e incluso ser modificado), para quienes investigan en las nuevas posibilidades de la materia esto es ya casi un tema cerrado. La impresión 3D está lo suficientemente probada y desarrollada como para dar el paso a su implantación a gran escala. De ahí que en el MIT se hayan preguntado… ¿y qué tal si añadimos una cuarta dimensión? La pregunta suena a diálogo de ciencia ficción de viajeros en el tiempo… y algo de eso hay. Porque la impresión 4D consiste, efectivamente, en la inclusión del tiempo en el proceso. O, para explicarlo de una forma más sencilla, de imprimir materiales que sean capaces de organizarse y modificar su forma por sí solos, sin necesidad de la intervención humana. Objetos que se construyen a sí mismos.

Skylar Tibbits, codirige junto a Jared Laucks, el Self Assembly Lab del MIT. El nombre del laboratorio es lo suficientemente explícito como para no necesitar explicaciones y Tibbits también se hace entender -en un nivel- con claridad. Durante una charla TED en San Francisco, ejemplificaba así su trabajo: “Si nos fijamos en el mundo de la construcción o de las manufacturas, hay grandes ineficiencias, gran consumo de energía y complejas técnicas de trabajo (…) Tomemos la canalización de aguas: tenemos tuberías que hay que adaptar a los flujos de agua con llaves y válvulas que son muy caras. Enterramos las tuberías y si algo cambia -se modifica el ambiente o el suelo se mueve- tenemos que escarbar y sacar las tuberías para reemplazarlas”. La solución que propone Tibbits para este problema son “materiales programables que se construyan a sí mismos”. Una respuesta que va un paso más allá de la posibilidad de que máquinas hagan el trabajo por nosotros, puesto que si bien un robot puede sustituir el esfuerzo humano, no contempla otra de las cuestiones esenciales: el ahorro energético y la constante adaptabilidad a las situaciones.

La posibilidad de trabajar con materiales capaces de auto ordenarse para formar una estructura ya ha sido probada a pequeña escala. La investigación con nanorobots de material biológico que pueden adoptar distintas formas para distribuir medicamentos es (casi) una realidad. Pero el trabajo de Tibbits está enfocado en la gran escala. Quiere llevarlo al terreno de las construcciones inteligentes de aparatos, muebles, infraestructuras o incluso espacios. Lugares que cambian de función o forma según nuestras necesidades. Esta nueva tecnología puede encontrar múltiples aplicaciones en campos tan distintos como el software, la robótica, la biología, los transportes, el arte o incluso la exploración espacial. Tibbits tiene claro que su impresión 4D hará más amables y eficientes nuestras ciudades en unos años: “Podemos tener el futuro inteligente que queremos. Podemos tener materiales que respondan a nuestras necesidades y que se adapten al ambiente con elegancia y sencillez. Sin tantos dispositivos y consumo energético”.

Edición: Diego Carabelli
Texto: José L. Álvarez Cedena

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