Líneas telefónicas que se fusionan

Las ‘telecos’ europeas marcan más ofertas para 2015. Con las fusiones y adquisiciones barriendo el sector, las ambiciones móviles de BT convierten a Reino Unido en el siguiente, aunque las uniones podrían seguir en otros lugares. Unos reguladores más amables han permitido fusiones internas en el mercado móvil de Alemania, Austria e Irlanda y tienen una unión danesa que revisar. Otra gran tendencia la constituyen las transacciones motivadas por la convergencia de las unidades de cable y equipos móviles, como sucede en Alemania, España y Francia.
Hay mucho más por hacer. Podría tener lugar la mayor consolidación móvil en Francia (con la compra de Bouygues Telecom por Numericable), en Italia (la adquisición de Wind, de Vimpercom, por parte de Hutchison Whampoa), en Holanda (con la venta de Tele2 o unidades locales de Deutsche Telekom), y potencialmente en España (donde Vodafone podría quizás comprar Yoigo de TeliaSonera).
Las ‘telecos’ que realicen alguna adquisición deberían ser convincentes de cara a sus inversores
La verdadera sorpresa sería el regreso de un gran acuerdo transfronterizo. Es posible esbozar diferentes escenarios. Supongamos que BT compra un gran operador móvil de Reino Unido e impulsa a Vodafone a realizar una oferta por Liberty Global. Los gigantes estadounidenses AT&T y Comcast, que verían como su última oportunidad para comprar a escala en el ámbito del móvil y el cable europeos se desvanece, harían una oferta por Vodafone y Liberty respectivamente. Orange y DT, que de repente parecerían pequeñas, podrían unir sus fuerzas. Etcétera.
Pero quienes adquieran, al menos, deberían ser convincentes para sus inversores. En general, los beneficios financieros son difíciles de alcanzar. En enero, Credit Suisse calculó que las aventuras en el extranjero de las telecos europeas habían destruido 169.000 millones de euros de valor entre 2000 y 2012.
Los accionistas tienen que estar alerta. La consolidación de beneficios parece tener un precio. La inversión no está a la altura de la euforia de las fusiones.

Fuente: Cinco Días

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