Lo que hace algunos años unos cuantos políticos con ganas de aparecer en titulares bautizaron como “autopistas de la información”, están más y más llenas de dispositivos conectados. Cada vez que alguien menciona la cantidad de beneficios que podremos obtener en nuestra vida cotidiana gracias a las aplicaciones que utilizan el Big Data o el Internet de las cosas (los dos grandes conceptos que se manejan para la próxima revolución de las comunicaciones), obvia que los datos que se intercambiarán todos esos objetos conectados circularán por algún sitio. Las redes cada vez son más capaces de transmitir megas y megas de información y surgen nuevas maneras de ayudar.
Hay alguien que lleva mucho tiempo pensando a lo grande. Imaginando un mundo en el que sea posible conectarse a Internet desde cualquier punto y a una enorme velocidad. Ese alguien es Harald Haas. El científico alemán está considerado el inventor del Li-Fi (Light Fidelity), una tecnología inalámbrica de transmisión de datos a través de ondas lumínicas. Director del departamento de Comunicaciones Móviles de la universidad de Edimburgo, las investigaciones de Haas han estado siempre orientadas a la búsqueda de soluciones para optimizar la transmisión de datos entre dispositivos electrónicos. La respuesta a sus inquietudes suma a la de cables y espectro radioléctrico, y se encuentra en algo mucho más cotidiano: las bombillas LED. Los investigadores dirigidos por Haas han demostrado que cualquiera de estas bombillas puede transmitir datos a través de una ligera variación de luz imperceptible para el ojo humano. Y, además, la infraestructura para implementarlo ya está instalada.
El Li-Fi, afirma Haas, es más eficiente, más barato y más rápido que las conexiones inalámbricas que utilizamos en la actualidad; pero no sólo ofrece estas ventajas, sino que será imprescindible en el futuro porque, según asegura el alemán: “en el 2025 ya habremos agotado todo el espectro radioeléctrico”.
Texto: José L. Álvarez Cedena